EL RIFAO ENTRE CAPOTE & MULETA




El Rifao es un torero diferente un azteca capaz de sobreponerse a todos los obstáculos que le ha puesto la vida por delante, y es que este humilde matador de toros ha luchado contra viento y marea para hacerse un hueco en lo más alto. Un torero único que ha demostrado que nada ni nadie puede frenar a los gladiadores y que por muchas zancadillas que te ponga la vida siempre hay un pequeño agujero llamado sueño. Y es que el 2021 le tenía guardado para él grandes alegrías cuando peor estaba el mundo, porque los soñadores son aquellos que ante las dificultades se sobreponen por encima del resto.

* ¿Cómo afrontas esta temporada?

Es una temporada en la que si el día 2 de noviembre, el día de los muertos me hubieran dicho lo que iba a vivir no lo hubiera creído. Afrontar una temporada es muy difícil cuando se viene de estar parado y torear alguna que otra corrida por ahí de vez en cuando. Todo esto empezó en el proyecto de “México Busca un Torero”, yo estaba totalmente fuera de los toros, de hecho soy carpintero. Y bueno con ese proyecto me volvió la ilusión y sabía que tenía que sustituir la falta de torear con mucha entrega, garra y pundonor. Es así como vengo afrontando esta temporada, con mucho valor. Estoy poniendo muchas ganas por ser alguien en el toreo y dejar mi nombre con letras de oro en las páginas de la historia del toreo mundial, eso es lo que me alienta para seguir superándome. Desde que inició el año hasta la fecha he toreado 14 festejos en los que he aprovechado cada tarde. No me queda más que seguir echándole cojones, es lo que más necesito y estoy esperando ya que llegue el día de reaparecer. Voy a demostrar de qué estoy hecho y de qué soy capaz.

* ¿Cómo va la recuperación del percance?

Bueno, ha ido evolucionando poco a poco. Siempre los percances de los huesos y de los tendones suelen ser más complicados que las mismas cornadas, de hecho la cornada en el muslo ya sanó y me recuperé muy bien de ahí, pero el varetazo que sufrí al caer en las tablas fue muy fuerte, sobre todo por la lesión que tengo en el nervio central de la muñeca derecha, que es la que me ha impedido reaparecer. De hecho tenía una propuesta muy importante para torear en la capital de mi estado el 26 de junio con El Zapata y Leo Valadez con astados de Barralva. La acepté porque pensé que estaría para esas fechas pero la recuperación no está completada al cien por cien por ahora. Todavía tengo mucho dolor y no tengo toda la movilidad que tenía antes. La recuperación está siendo dura, los años pesan, tengo 35 años y si la hubiera tenido a los 18 seguramente ya habría sanado. Estoy trabajando mucho para recuperarme pero vamos bien, lento pero muy bien, no fue un percance fácil, doy gracias a Dios de que no se me quebrara por completo la mano.

* ¿Es duro sufrir un percance en uno de los mejores momentos de tu carrera?

Claro, durísimo, tener un percance en un buen momento de tu carrera es muy duro. Para mí ha sido muy difícil y muy frustrante. Tanta lucha y sacrificio para que después un toro trunque tus sueños. Para mí ha sido muy difícil aceptar esto, pero son gajes del oficio. Sentía que estaba en ese momento que tanto tiempo llevaba esperando, qué difícil es ser torero. Se cayeron muchos planes pero yo sé que vendrán cosas mejores. Me apena porque llevaba mucho tiempo esperando, pero también hay que dar gracias de que ese toro no me arrebatara la vida porque lo llegué a sentir.

* ¿Es difícil mantener la ilusión cuando se torea poco?

Muy difícil, para mí creo que los toreros nacemos para ser toreros. Un día me pregunté porque los toreros se retiraban y con el tiempo me he dado cuenta de que tiene mucho que ver la vocación de cada uno. Por mi mente en los 14 años de alternativa que tengo ha pasado quitarme de los toros, pero de repente te llega una corrida en la feria de Huamantla hace 5 años y me llega la ilusión de nuevo. Me dieron la oportunidad y corté dos orejas que me hicieron volver a tener la ilusión. Después de triunfar me quedé dos años en la banca sin que nadie me contratara aceptando que esto no era lo mío y que esto era un círculo. Pero, posteriormente me llega la oportunidad en la feria de Tlaxcala gracias a que me convenció el maestro Rafael Ortega, porque yo ya estaba desanimado. Toree y volví a desorejar un toro, nuevamente otros dos años hasta que llegó esto de “México Busca un Torero”, para ser honesto debo decir que Mariano del Olmo y Mario Zulaica me llamaron para preguntarme por qué no presenté mis papeles para apuntarme en dicho certamen, yo les dije que nuevamente había perdido la ilusión, finalmente me convencieron de nuevo. El primer día cuajé un toro y me dijeron que estaba arriba del barco, recobré toda la ilusión de nuevo. No ha sido nada fácil mantener la ilusión, pero parece ser que la vocación es la que me hace ponerme delante de un toro. Creo que el toro me ha regalado los instantes más bonitos de mi vida.

* ¿Es difícil sobreponerse psicológicamente a los percances?

Sí, es difícil porque se quedan grabados en el alma y muy profundamente en la mente. Recuerdo un percance con un toro que me quebró el húmero, la nariz y un tobillo, fueron casi cuatro meses de estar recuperándome de las fracturas y recuerdo mucho que en ese tiempo no había apenas plata y tuve que andar pidiendo apoyo. Fue muy difícil vivir eso, ha sido lo más duro que he vivido, porque cuando tienes una familia y tienes que decidir te haces muchas preguntas, te ves solo y con el mundo encima. Aquí ya entraríamos en la fe que cada uno tiene, yo siempre me he puesto en manos de Dios. Además suele ser difícil ponerse delante del toro de nuevo, aunque en mi caso no lo fue tanto pero claro lo difícil te lo pinta tu economía. Mi familia viene de abajo, somos humildes, digamos que pobres en economía pero ricos en fe y esperanza, entonces te preguntas si todo merece la pena porque de repente te estás recuperando y a nadie le interesa si tienes corridas por delante y si hay dinero de por medio. Pero hasta día de hoy todo ha valido la pena, las heridas cierran y los huesos pegan, Dios me ha ayudado a sanar esas heridas mentales. La parte más bonita del toreo es cuando levantas esas orejas y recuerdas todo lo vivido, ahí no te cambias por nadie. Al fin y al cabo los toreros estamos hechos de hambre y de muchos sueños.

* ¿Hay rivalidad en el toreo?

Siempre, en mi caso personal yo creo que es ese celo profesional, los compañeros podemos ser amigos fuera de las plazas y en los entrenos, pero cuando uno se ve con un compañero en el patio de cuadrillas uno siempre quiere ser mejor. Muchas veces puedes reflejarte con él y uno como torero siempre va a ver la historia de cada torero. De repente ves toreros que han tenido siempre más fácil pero siempre salgo con la mentalidad de ser mejor y pelearle las palmas a los compañeros. En algunas ocasiones se da y en otras pues hay que ser sincero, no se da, pero creo que esa mentalidad me ha ayudado a sobreponerme. Torear al lado de las figuras como en estos últimos festejos que toree y además abriendo plaza me obliga a arrear y marcar las pautas de la corrida. El público tiene rivalidad, yo he visto partidarios de unos y otros pegarse en los tendidos y sería deshonesto no mantenerla entre los toreros.

* ¿Crees que hay justicia dentro del toreo?

No siempre porque si existiera la justicia muchos toreros no se hubieran perdido. He visto a grandes toreros y compañeros con muchas facultades retirarse. Esa justicia no existe pero sí que existe la justicia divina, cuando Dios regala a un torero un talento y el torero es capaz de hacer grandes cosas con él, esos se merecen una reverencia y quitarse el sombrero. Muchas veces se alinean los astros y suceden milagros que reviven a los toreros que mucha gente pensaba que ya no existían, como puede ser El Pana, El Glison o un servidor. Es un orgullo ser ejemplo para muchos chavales que llevan mucho tiempo buscando ese sueño, en mí está esa responsabilidad de mostrar que Dios nunca se equivoca y que tarde o temprano te dará esa oportunidad. Acá hay un dicho “A cada capillita le llega su fiestecita”, y en mi caso me ha llegado, de no torear durante momentos largos a torear cuatro corridas en el mes de abril era para mí algo impensable. A mi gente le comentaba que en abril iba a torear más que lo que he toreado en toda mi carrera, aunque desafortunadamente perdí cinco por el percance. Han sido meses de sueños...

* ¿Es el miedo el peor enemigo del torero?

Sí, definitivamente el miedo es el peor enemigo del hombre, pero el hombre es aquel que a pesar de tener miedo hace lo que desea hacer, yo no conozco a nadie que no diga que no siente ese miedo. Pero yo creo que el miedo es un instinto natural del ser humano, aunque somo capaces de superarlo y salir a flote, yo he visto grandes personajes del toreo como El Cordobés, Palomo Linares, José Tomás, Joselito, Roca Rey, Perera… que han podido demostrar que el miedo se puede dominar. Pero en todo lo que hagas es el peor enemigo, pero como torero debes dominarlo, aunque yo prefiero ignorarlo y ponerme mis propios retos para superar. De repente cuando más miedo siento me gusta hacer suertes para demostrar que el poder humano existe. El universo esconde las mejores cosas de la vida. Desde toda la historia los grandes inventos se han forjado dominando ese miedo que muchas veces te paraliza.

* ¿Quién es El Rifao?

Es un ser humano como otro cualquiera que ha tenido que vivir cosas muy duras : ser huérfano, vivir en las calles, y tener esas carencias que solo conoce quien las ha vivido. Soy un hombre que tiene muchas ganas de vivir y ser alguien en la vida, yo pasé tiempo muerto por cornadas que te da la vida, pero Dios ha sido bueno conmigo y me mantiene como una promesa del toreo mexicano.

Esto ha sido todo, la ilusión de un torero azteca que está dispuesto a todo para convertirse en uno de los ases del panorama taurino actual, ojalá este valiente matador encuentre la senda de los grandes y se convierta en ese as mexicano.

- Aitor Vian / Capote & Muleta - Tendido 5


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